Photokina, la feria alemana de la fotografía, ha sido el escenario para que los dos grandes clásicos de la fotografía, Canon y Nikon, Nikon y Canon, presenten cámaras digitales que acercan el mundo profesional al del aficionado. Canon presentó EOS 6D y Nikon la D600. Dos máquinas que rivalizan en tecnología y, presumiblemente, en precio. Ambas máquinas compiten en su principal característica: un sensor de fotograma completo, prestación que solo se había visto en cámaras profesionales y a un precio más elevado.
Hasta ahora los sensores cuya superficie era idéntica a la de un negativo de 35 mm marcaban la frontera de las cámaras destinadas a los que viven de la fotografía y los que no. Sobre todo porque un sensor de imagen más grande proporciona más detalle y fidelidad que otro de menor tamaño, aunque encarece notablemente el precio del equipo.
La superficie destinada a captar la luz en los sensores de las Canon EOS 6D y de la Nikon D600 es más del doble que la de un sensor APS-C, el formato de todas las cámaras réflex de gama básica y media de ambos fabricantes, con la excepción de la veterana Nikon D300s.
Canon y Nikon se dirigen con estas cámaras al aficionado exigente; pero también al profesional que no necesita o no puede pagar las prestaciones de cámaras más potentes. Unos y otros, además de lograr mejor calidad de imagen, obtendrán enfoques selectivos tan precisos como los de las cámaras analógicas de 35 mm. Es una de las grandes ventajas de trabajar con un sistema de fotograma completo. Sobre todo a la hora de retratar.
Ninguna de estas dos máquinas se comercializa por el momento ni se han podido probarse, pero si analizamos sobre el papel sus diferencias, y cuesta decantarse por una de ellas. La D600 supera en cuatro megapíxeles a la resolución de la 6D, pues el sensor de la primera tiene 24,3 y el de la segunda 20. Una diferencia que no parece trascendental y que incluso puede significar una ventaja para la Canon.
Eso se debe a que por lo general mayor resolución equivale a menor calidad de imagen en dos sensores de idéntico tamaño, sobre todo cuando se fotografía con poca luz. De ahí la sensibilidad de la 6D hasta los 102.400 ISO frente a los 25.600 que ofrece la Nikon D600. Unos valores que en cualquier caso permiten en ambos casos hacer fotos prácticamente en la oscuridad.
Sí parece que Nikon se pone por delante en el sistema de enfoque, ya que su cámara se basa en los datos que le proporcionan 39 puntos dedicados a analizar la imagen frente a los 11 que emplea la de Canon.
En velocidad de disparo casi empatan, aunque la Nikon logra superar por los pelos a la Canon. La primera permite ráfagas de 5,5 fotos por segundo frente a las 4,5 de la otra. Por lo tanto ninguna es apta para fotografía periodística deportiva, que requiere ráfagas casi el doble de rápidas y un sistema de enfoque más sofisticado.
En el apartado de vídeo ambas parecen muy igualadas. Filman con calidad Full HD 1080p un máximo de 30 imágenes por segundo, permitiendo controlar de modo manual los parámetros de la grabación, algo imprescindible para trabajos profesionales de vídeo. Lo que si parece interesante para proyectos que requieran de la más alta calidad es que la Nikon D600 envía con su conexión HDMI la imagen en bruto a un dispositivo externo.
Ambas cuentan con cuerpos sellados que permiten hacer fotos incluso bajo la lluvia, pero Canon ha logrado que la 6D pese 680 gramos sin objetivo frente a los 760 de la Nikon D600, diferencia que se deja notar al mantener la cámara entre las manos durante un rato. En cualquier caso ambas son bastante ligeras si la comparamos con las de la gama más profesional de ambos fabricantes, pues estas vienen a pesar prácticamente el doble.
Al ver las características del visor óptico, el aficionado que suele encuadrar con gran exactitud mirará con recelo al de la 6D, pues solo deja ver el 97% de la escena. El de la Nikon por el contrario permite observar todo lo que el objetivo es capaz de captar. Aunque puede parecer detalle menor, para algunos fotógrafos el matiz es fundamental.
La Canon destaca en el apartado de conectividad wifi, ya que incorpora un módulo inalámbrico interno de serie y el GPS para posicionar las fotos en un mapa. La Nikon necesita accesorios para ambas funciones. Mediante las aplicaciones oficiales para teléfonos es posible controlar remotamente las cámaras y enviar las fotos vía internet a las redes sociales o al correo electrónico.
Las primeras víctimas de estos lanzamientos de Canon y Nikon están en su propia casa. Tras la aparición de estas cámaras parece poco probable que alguien se anime a comprar la veterana Canon EOS 5D Mark II, también de fotograma completo y que cuesta casi lo mismo que la nueva 6D, o la Nikon D300s, que cuesta mil euros menos de lo que se estima que costará la D600, pero con un sensor APS-C.
Tampoco parece competencia para ellas la recién presentada Sony A99, de formato completo, pero que cuesta 600 euros más que la 6D y al que pueda tener la D600. Así que hoy por hoy, la fotografía del aficionado de alto nivel se seguirá dirimiendo entre los dos cásicos: Canon o Nikon.
Arnie
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